El jueves se celebró la Asamblea del Colegio de Canarias, esta vez en la Demarcación de Gran Canaria. Los temas a tratar eran, en esencia, el presupuesto de Órganos Generales para el año 2009, la modificación estatutaria sobre el régimen electoral y de participación del colegiado en Asambleas promovida por nuestro compañero José Trujillo Larrocha, y finalmente la concesión de la medalla de oro del COAC a Pedro Massieu.
En el último punto hubo consenso, y unanimidad de los votos emitidos. En los otros dos se recurrió a la interpretación de la democracia a la que el aparato del coac nos tiene acostumbrados:
PRESUPUESTOS. Después de la presentación de cuadros y gráficos, de los que se sacó en claro que el gasto de órganos generales es, fundamentalmente de personal (¿qué harán?), se preguntó desde la sala sobre un error detectado en los números, ya que de cada 100 euros que un colegiado paga por visar, la demarcación factura el 78% y el coac regional el 22% restante. Las cifras aprobadas por las asambleas de demarcación tienen que estar relacionadas, necesariamente, con las que facturará el colegio regional. Pues como con las cifras reales no llegan para cubrir los gastos, y como la Junta de Gobierno prefiere tratarnos como niños, dándonos una versión edulcorada de la realidad, es mejor ocultar el asunto y hacernos ver que se va a cobrar más (¡viva el optimismo!), en contradicción con los números de las demarcaciones (que son las que visan, no lo olvidemos). Y además se les olvidó resaltar que se va a pedir otro préstamo de 150.000 euros, a sumar a la deuda contraída el año pasado de 90.000 por un lado y 30.000 por otro. Por el momento la suma es de 270.000.
Después se dijo desde el público que los datos del mes de enero de los ingresos eran un 50% inferior a las previsiones realistas de las demarcaciones, y que esto significaba que el presupuesto, de aprobarse, necesariamente va a tener que ser modificado en breve. Pues en un alarde de ejercicio democrático, el decano por un voto limitó el debate a una sola intervención, y ridiculizó cualquier alusión a los graves errores detectados en las previsiones del presupuesto, hablando de sentido de colegio y de apoyo ante la adversidad, y desacreditando a los que, desde la sala, intentaban establecer un debate constructivo.
El decano sacó adelante su propuesta, agradeciendo cínicamente el amplio margen de apoyo, como si los colegiados no supiéramos que se había preocupado de que el aparato llamara a asistir a los afines, con el tradicional sistema de “cada miembro de junta, que llame a sus 20 votos”. La soberbia, muy mal. Y tomarnos por tontos, peor.
MODIFICACIÓN ESTATUTARIA. José Trujillo Larrocha presenta una propuesta de modificación estatutaria que ha trabajado auxiliado con el asesor jurídico del colegio, lo que le permitía albergar alguna esperanza respecto a la postura del aparato. Se trata de facilitar el procedimiento electoral y hacerlo más transparente, eliminando la necesidad de recogida de firmas de apoyo en las candidaturas, y solicitando que las juntas electorales (que deciden sobre el proceso) sean independientes a las juntas del colegio (para que no sean juez y parte). También se solicitaba que se puedan presentar propuestas en las asambleas sin el apoyo de un mínimo de firmas de colegiados.
En un golpe de mano, la Junta de Gobierno presentó lo que ellos denominan una “enmienda a la totalidad”, según nosequé estatuto (Fernando Santana justificó su sueldo), y el contenido de la “enmienda” era más o menos “por motivos económicos, y ya que va a haber que modificar los estatutos al final del año, y para no generar gastos ahora, aplazamos la consideración de esta propuesta”. Es decir, nos vacilan, como si no supiéramos la diferencia entre una enmienda y retirar un punto del orden del día (que es ilegal, no se puede hacer, pero ¿quién lo impugna y para qué?).
Es como decir: ante la propuesta de ir al cine, mi enmienda (o propuesta alternativa) es: posponer el tema. No señor. Una enmienda a ir al cine es ir al teatro. O al TEA. Pero aplazar la cuestión sin justificación NO ES UNA ENMIENDA.
Y lo de los motivos económicos y evitar gastos de la tramitación, que son como sabemos (y se dijo en la sala) únicamente los de publicación en el Boletín, es una vergüenza. Votación, y rodillo del pensamiento único. ¡Viva la democracia colegial! ¡No querer siquiera discutir una propuesta del orden del día, el no va más de la tomadura de pelo!.
Queremos expresar nuestra solidaridad con el compañero proponente, porque entendemos que toda propuesta, en verdadera democracia, debe poder ser oída; y desde luego un compañero que, desinteresadamente, trabaja para mejorar las normas de funcionamiento del colegio, no puede ser ninguneado de esta forma. El no avisarle con antelación del “invento” de la enmienda para retirar el punto del orden del día, y negarle la posibilidad a la discusión, es una falta de estilo imperdonable, además de desprecio por su trabajo. El invento en sí de la “enmienda” es ilegal. Y los que votan estas aberraciones, que piensen en conciencia lo que han hecho, impidiendo el debate. ¿Tan peligrosa era tratar siquiera la propuesta?
Y para celebrar que en el colegio nos habíamos ahorrado el dinero de la publicación en el boletín de la modificación estatutaria “de la transparencia”, el aparato se fue a comer a costa del coac, luego recogieron sus pertenencias del Hotel Santa Catalina, y se fueron en el binter. Pero para publicar los estatutos, ni un euro. ¿Aceptarían la próxima vez que los colegiados que quisiéramos pusiéramos de nuestro bolsillo el dinero, en caso de resultar aprobada la modificación?