jueves, 1 de diciembre de 2011

La Asamblea modifica el estatuto para permitir el voto delegado y se celebra un debate sobre la división del Colegio de Canarias en Colegios Insulares

La mañana del martes 29 se congregó en la sede grancanaria un numeroso grupo de colegiados (unos 60 de los 1861) atraídos por una Asamblea con un orden del día que no tenía nada de particular, salvo por una modificación estatutaria que apuesta por un regreso del voto delegado, y un a priori interesante debate sobre el modelo colegial. Superado el trámite de la aprobación definitiva de unas cuentas plagadas de agujeros, con una gráfica de ingresos y gastos que apunta al subsuelo, se pasó al punto “más importante de la mañana” en palabras de Cabrera (Lola): la vuelta a la delegación de voto, que permita la cómoda recolección de sufragios previos a una Asamblea.

En la era del voto electrónico el colegio mira al pasado y recupera un arcaísmo que, en las manos de los directivos adecuados, puede serles muy provechoso: ya no tendrán que molestar a los ocupados compañeros para que asistan a las incómodas y tediosas Asambleas, bastará con que estampen su firma en un listado y deleguen su voto. La Junta de Gran Canaria y allegados defendieron con vehemencia la aprobación de este sistema, cuya redacción sólo recibió en la sala críticas por su imprecisión y vaguedad y peligro de abuso, pero que fue aprobado por amplia mayoría. ¿cómo se explica este empeño de los junteros grancanarios y sus seguidores?

“Elevar la participación en las asambleas”, “oir más voces”, “facilitar la participación en un territorio fragmentado” fueron algunas de las simpáticas excusas que se escucharon. Al final fue el Secretario de Gran Canaria el que aclaró todo: la Junta de Gran Canaria ha apostado por desvincularse del Colegio de Canarias y crear un Colegio Insular, “para que unos no paguemos los pufos de otros”, y para que se produzca la segregación o la disolución del colegio de Canarias hace falta un número de votos tan elevado que resulta materialmente imposible reunir tanto colegiado en una Asamblea. Por eso, para poder proponer en una Asamblea la separación de Gran Canaria del COAC que le proteja de los efectos de una posible quiebra de otra demarcación, es imprescindible que se puedan llevar los votos en una mochila, que es más cómodo y más barato que meter a los votantes en una sala.


Suponemos que con esta delegación de voto para mejorar la participación, en la próxima Asamblea la participación subirá de los 60 colegiados presentes a unos 2 ó 3 que llevarán los votos delegados de 500, y como podrán imaginar mejorará el intercambio de ideas y hará más rico el debate. Todo un éxito de la democracia participativa (y el humor!).


Y la mañana acabó con el debate sobre el modelo colegial, que se centró en mostrarnos las profundas discrepancias internas de la Junta de Gobierno entre la postura de Gran Canaria a favor de separarse por si las moscas (“matrimonio a la catalana” en palabras de Cabrera (Paco)), la de Tenerife defendiendo que ellos están totalmente saneados y apuestan por mantenerse unidos en un Colegio de Canarias, y los coros de las islas menores pidiendo paz y concordia. Tras sacarse dialécticamente los hígados delante del respetable, incluyendo la calificación de “sinvergonzonería” que el secretario grancanario utilizó referida al Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España y alusiones variadas a los “pufos” de otros pero sin señalar, Cabrera (Lola) cerró el “debate” y se esforzó en explicar la profunda cordialidad, unidad y confianza que reina entre todos.


El resumen para el colegiado medio no integrado en grupos de elite es que su situación (ausencia total de trabajo, abusos de Asemas, Gesplan, consorcios...) es lo único que no importa a sus “representantes”, que se seguirán peleando por alcanzar cotas de poder, y que la batalla abierta ahora entre los tiburones está en la separación del colegio para que las “familias” insulares puedan controlar más cómodamente la situación. Como algunos auguraban, con dos Cabreras al frente del COAC era inevitable que Gran Canaria se tirase al monte.


Desde el faro de Maspalomas para toda Canarias,

redacción de infocoac