viernes, 17 de mayo de 2013

Elecciones 2013


El próximo martes 21 los arquitectos colegiados de Canarias eligen a sus últimos representantes insulares antes de que la Ley de Servicios Profesionales elimine las circunscripciones de escala inferior a la comunidad autónoma. Los colegios tendrán dos años para adaptar sus estructuras a un único colegio canario, el COAC, por lo que los representantes que salgan elegidos o aclamados no podrán finalizar su mandato. En vez de adelantarse a la Ley y disolver las demarcaciones, evitando costes, la acreditada incapacidad de nuestros representantes para el bien común les ha impedido actuar, por enésima vez, en beneficio del colectivo. Pero a estas alturas esperamos que ninguno de nuestros informados lectores se siga creyendo el cuento aquel de que los que se presentan a las Juntas directivas lo hacen para servir a la comunidad, unos para continuar su desinteresada labor en el cargo, y otros para cambiar el colegio hacia un mundo feliz. La realidad es mucho más zafia, como todos sabemos. Intereses personales, políticos y grupales se entrelazan en estas convocatorias, cuya única finalidad es la obtención del poder (cada vez más limitado) y la capacidad de controlar un ente que todavía puede ser de utilidad a determinadas "familias".

Atrás quedó el tiempo en que se presentaban directamente los capos de turno y hoy, más viejos y más zorros, quienes controlan el negocio de la arquitectura prefieren "sugerir" o "animar" a jóvenes candidatos desde la sombra. En el fondo es exactamente el mismo mecanismo que funciona en nuestras instituciones políticas: los que mandan, los que deciden qué ley se aprueba, o qué persona debe ser condenada, o cuál debe ser escandalosamente indultada, no se presentan. En este sentido nuestro colegio es reflejo de nuestra sociedad.

Los pormenores no son demasiado relevantes: los grupos insulares que ven peligrar su capacidad de influencia taifal cuando desaparezcan las demarcaciones corren a hacer pactos y tratos para mantener su influencia en el futuro COAC unificado. En Gran Canaria el grupo que representaba los intereses de dos departamentos de la escuela, construcción y proyectos, se ha dividido en dos candidaturas distintas, a la que se suma una tercera de los que fueron apartados recientemente. Lo más probable es que resulte elegido presidente Vicente Boissier, si el aparato sigue manteniendo su músculo y los colegiados su ceguera. En Tenerife se ha apartado definitivamente el aparato cool, y saldrá elegido presidente Argeo Semán, aunque los alcoyanistas de Juan Luis Armas se presenten de nuevo: todo nuestro respeto hacia su independencia, motivo que le impide resultar elegido. En Lanzarote a Blanca Fajardo le ha salido un grano y tendrá que ganar en las urnas, tarea nada complicada si se sigue el manual, imprescindible para sellar su alianza con Tenerife en detrimento de Gran Canaria para garantizarse cacho en el futuro COAC único. En La Palma y Fuerteventura no hay elecciones y, por tanto, no hay riesgos.

Tras las elecciones está previsto la renuncia de la decana, dejando vía libre a un candidato de consenso entre los grupos insulares que pacten para mantener su influencia regional. De dicho pacto quedará autoexcluida Gran Canaria pues su apuesta será exigir un colegio de ámbito provincial, situación excepcional que permite la redacción de la nueva Ley de Servicios Profesionales. Ante esta postura podemos imaginar con quiénes se alinearán Fuerteventura y Lanzarote.

Si todavía les quedan ganas no dejen de votar. Nosotros hacemos dos recomendaciones generales y una particular: primero voten libremente; segundo, si quieren que algo cambie voten por la candidatura alternativa (la que no va a ganar); tercero y en particular en Gran Canaria: como no hay alternativa, usemos las listas abiertas y escojamos de las distintas candiadturas; nosotros apostamos por las chicas, que suelen tener más sentido común: para presidenta a Desireé, y de vocales a María y Amaya. Y que san Virgilio nos coja confesados. 

Desde el roque de las muchachas,

redacción de infocoac