115-17-4. No son las medidas de una nueva topmodel. Es el resultado de la Asamblea de (e)moción de censura contra una Junta que no era tal, por una gestión que no era cual. (favor-contra-abstenciones). El previsto apisonamiento de los miembros disidentes y rebeldes al aparatismo se produjo en una encorsetada ceremonia en que todo había sido medido y pactado. Lamentablemente no escuchamos ninguna intervención con un mínimo contenido discursivo, incluso de aquellos de quienes otras veces hemos admirado el pensamiento ágil y la palabra precisa. No era el día: el tono de las intervenciones, limitadas por un moderador inmoderado, era de quienes dan todo por resuelto y proceden a la lectura de la sentencia, más que de debate previo a deliberación. Ayer sonaban acordes militares.
El que tenía valentía la mostró. Y el que no, también. El Presidente dimitió ante el pelotón de su ejecución, e indultado por la complaciente sala se le permitió incluso empuñar su fusil contra los restantes, únicos objetivos del pacto de voluntades anunciado la víspera por un lúcido comunicado. Así rindieron cuentas por una gestión que, nos dijeron y mostraron, era responsabilidad, en sus errores más reclamados, de los dimisionarios trastocados en censores.
Los documentos que vimos, aunque de lejos y borrosos, hacían un recorrido por lo sucedido desde los primeros intentos del aparato para hacerles abandonar o entrar en razón. Documentos colegiales. Vimos cartas y acuerdos que hablan por si solos de la manera en que utilizan su tiempo nuestros máximos representantes. Muy instructivo y prometedor. Nos aguardaba en unos ejemplares fotocopiados que muchos esperábamos poder acariciar, pues lo que se decía en ellos abría ojos y conciencias. Pero una espontánea ocurrencia del inmoderador, auxiliado por el letrado aspirante y eterno Fouché, fue rápidamente acogida por los presentes: para una mayor transparencia y libertad, y fieles a los principios colegiales descritos en las resoluciones (jerarquía, unidad de acción y ¿sodomización? –estábamos lejos-), se propuso la REQUISA de la documentación aportada. No debía salir del colegio.
Para terminar, y antes de la votación, el expresidente pidió disculpas al aparato por habérsele colado dos personas en la junta que han intentado airear el colegio. Quien es ridículo, termina quedando como tal.
Ayer no era 20N, es hoy. Pero las catacumbas que se abren en esta efeméride esta vez lo hicieron un día antes, y los nostálgicos celebraron su victoria en una votación a costa de la decencia, precio que solo pueden pagar los que hablan de vencedores y vencidos.
Hoy también es el día en que la Junta de Gobierno va a reunirse para suspender las elecciones (no podemos hablar de suspensión del proceso democrático, pues este ya ha sido detenido tiempo ha), con objeto de que las verdaderas planchas electorales ya preparadas se puedan presentar. Mientras, tendremos un presidente provisional (Félix Juan Bordes), más sensato que cualquiera de las opciones que nos podrían ofrecer los poderes presentes ayer en la sala. El nuevo candidato de la coalición de constructo-aparatist-oportunistas es muy posible que tenga un nombre cuya primera letra sea, de nuevo muda. Y un presidente o junta mudos es lo último que necesitamos los colegiados. Si queremos que siga habiendo colegio, claro.
ACTUALIZACION: Acabamos de leer la carta (tardía) de dimisión (más tardía) que firma el expresidente. Le agradecemos la publicidad que, desde el colegio, ha dado a este medio.