Nosotros y ellos. Asamblea 15-O

Para los que no quieran seguir leyendo, el resultado de la votación fue favorable (23 a 19) a que la demarcación pague en lugar de los colegiados la primera de las derramas para sostener al ruinoso decanato. Que pague otro parece una fórmula de éxito, dicen los gorrones. El aparato regional estaba francamente preocupado pues las descolegiaciones en cascada y las solicitud de devolución de los cargos bancarios se han extendido como la pólvora. Sabían que para cobrar era imprescindible cobrar de la demarcación, pues muchos colegiados se iban a declarar en rebeldía, y así se vio en la sala. Sabedor de la necesidad ajena, el presidente dimitido y revocado propuso al colegio regional el pago completo y de una vez, ignorándose hasta el momento el contenido de la contrapartida que negoció una mensajera del presidente. Por lo pronto la convocatoria de la última junta directiva (que permitió la convocatoria de la asamblea) se realizó con 3 personas únicamente, cuando uno de los exdecanos del colegio recordó que el quórum mínimo era 5. Asimismo los plazos de convocatoria son correctos según los órganos jurídicos, pues como todos sabemos desde el día 9 (fecha de convocatoria) al 15 (fecha de celebración) hay 15 días completos, esto es 9+15=15. Siempre hemos admirado la ecuanimidad del abogado de la junta del colegio regional, sobre todo cuando se trata de asuntos en los que hay interés directo del decano. Ahora además admiramos su aritmética creativa. 

Con respecto a la discusión de la asamblea, tras una intervención en que se nos recordó que “señores, somos arquitectos”, y que también, “somos arquitectos, señores”, estos magníficos argumentos fueron demolidos por un colegiado que preguntó por la motivación que tenía la Junta para proponer el uso de los remanentes para el conjunto de los pagos personales de los colegiados. La pregunta inmediata es, ¿y por qué no nos seguimos gastando los ahorros y dejamos de pagar cuotas ahora? Los más sensatos (y mayores) recordaron la conveniencia de usar los ahorros para la tan necesaria reconversión del colegio, y también se señaló que este pago cubre las necesidades económicas del decano únicamente hasta diciembre, y que en unos meses habrá que hacer otra derrama. Que los planteamientos drásticos sucedan cuanto antes, pedían. Finalmente se impuso la lógica míope y ganaron los que no querían aflojar la pasta, y que pague otro. El futuro está muy lejano. Carpe diem.

Finalmente y tras la Asamblea se debatió sobre el agónico estado de la Demarcación y la incorporación de la Junta de edad, preguntándose el respetable el por qué de la ausencia de los mismos, y si tendría algún significado. Con posterioridad el equipo de fans aportado en sala por una de las miembros dimitidas repitió su mantra: “los demás tienen que dimitir ohmmm”, con argumentos tan débiles de contenido como vehementes en su forma. La desesperación le jugó una mala pasada a la vocal compañera de viaje del presidente dimitido y revocado, pues su salida de tono a una aclaración de uno de los vocales “malditos” produjo una de las mejores intervenciones de la noche: un viejo colegiado (que no colegiado viejo) llamó la atención sobre cómo el equipo de los “buenos” estaba organizado, y respondía compulsivamente a la mínima aclaración de los “malditos”, por inocua que fuera. Siempre a coro. Se habló de la manera de expresarse, en concreto de la primera dama, recurriendo al plural (mayestático) NOSOTROS. O quizás no mayestático, sino grupal. Hay un nosotros, que somos los buenos, y un ellos, que por pensar distinto son los malos, y hay que machacarlos. Al precio que sea. Con los medios que sea.  Se debatió sobre las juntas monocolores, sobre el pensamiento único, sobre la erradicación de la disidencia, sobre las asambleas a la búlgara, sobre Franco. Y algunos dijeron basta ya. Otros, si bwana. Adivinen quién dijo qué.

Esperemos que el nivel intelectual del debate, mantenido únicamente por los más experimentados, se reconduzca. Agradecieron los presentes la agudeza y precisión de un expresidente, una extesorera y un exdecano, además de algún exmiembro de junta, y algunos de los colegiados más veteranos. Uno de los “malos” también rayó a gran altura, pero desafortunadamente no tuvo réplica a nivel suficiente, pues los fontaneros presentes en la sala tenían o una falta de ideas, o un problema de facilidad de expresión, o algo peor, o todo junto. Además de que fue puesto en evidencia el sistema de réplica orquestada (que no argumentada) por otros colegiados.

Se habló de infoCOAC, lo que va siendo un clásico en las Asambleas. Nos enorgullecemos de la difusión que se nos atribuye, aunque tranquilizamos al aparato confirmando que su seguimiento es algo inferior al comentado 90% de los colegiados. Sin entender el sentido lúdico de este entretenimiento inocuo para una maquinaria tan poderosa y de bases tan sólidas como el colegio, los aparatistas y neoaparatistas (algún extalinista desubicado) sostienen que es un peligro que toda la información latente por cualquier rincón acabe en los comentarios del blog, y sobre todo sin firmar. La demostración de que este blog es el mejor medio de expresión de los arquitectos es que, dentro de él, se pueden contener todos los demás posibles, de manera que los neoaparatistas recalcitrantes pueden expresarse con su nombre, si ese es su deseo. Sus comentarios serán respetados, les ofrecemos el trato igualitario que otros medios oficiales no dispensan al disidente. Nuestro sueño húmedo es que el decano firme un comentario con su nombre, y si nos lo manda a la redacción desde un correo oficial del coac, se lo publicamos en portada. Palabra. Y si alguien se siente ofendido por un comentario, lean la cláusula de aceptación de la lectura de los comentarios y actúen, o simplemente no los lean. Al igual que la tele, si es mala, apáguenla, o cambien de canal. Aquí no hay nada obligatorio.

Para terminar en la Asamblea no había representantes de los construc-boys (aspirantes a la demarcación), inexplicable pues a la hora de la convocatoria las farmacias estaban abiertas, lo que fue interpretado como la prueba inequívoca de que las firmas para la moción de censura habían sido ya recogidas, y serán entregadas en breve. Para los que se pregunten por el sentido de hacer una moción a los tres miembros restantes, aclaramos lo que nos dijo la colaboradora de un exdecano con hilo directo con los dioses: si no se van todos, las elecciones serán hasta el próximo mes de mayo, en que se volverán a convocar (ciclo estatutario). Si se elimina al presidente dimitido y revocado, y a los “chicos malos”, se hace un arreglito jurídico y el mandato durará tres años y medio. Ahí está la prisa. Como ven, todo por el bien del colegio, no hay intereses ajenos. 

Terminamos con una frase de Lao-Tse o de J.M. Keynes (no recordamos ahora): “Esto se acabará inevitablemente. Pero que, al menos,  nos cueste poco dinero.”

La redacción de infoCOAC (que no digan que no firmamos)