La Asamblea del 12 de noviembre celebrada en Gran Canaria ha aprobado por un amplio margen los presupuestos del COAC de este año que ya termina. Los presupuestos colegiales deben ser aprobados con antelación al ejercicio (de ahí su nombre), pero el rechazo de los colegiados en febrero de este año a la versión presentada por el dimitido decano ha provocado que los colegiados hayamos votado a final de año un presupuesto que más bien era un certificado final de obra: los gastos aprobados ya estaban todos realizados. La gran novedad de estos presupuestos respecto a los rechazados es que los colegiados no tendremos que pagar directamente las deudas dejadas por los directivos del colegio regional en los últimos dos años -estimadas provisionalmente en un millón de euros-. En su lugar las deudas las pagarán las Demarcaciones. Para los no iniciados en la jerga colegial, esto significa que la deuda de un órgano del colegio se traspasa a otros, que ahora deberán buscar la manera de afrontarla. Es lo que, en lenguaje técnico, se denomina contabilidad creativa (y en fútbol, despeje).
Los miembros de la Junta de gobierno declararon después de las votaciones que habían intentado dar una imagen de unidad con el acuerdo. Otra cosa es que lo consiguieran, pues el presidente de Tenerife habló de que cada uno va por su lado, que falta comunicación entre decano y demarcación y que no todos somos iguales y hay que racionalizar las diferencias entre islas. Este discurso era una versión suavizada del pronunciado ante sus parroquianos el lunes, en que insistía en la dificultad de llegar a acuerdos con Gran Canaria. A su vez el presidente de Gran Canaria adelantó que en el nuevo colegio debería desaparecer el concepto de isla (¿?), y que el presupuesto de los órganos generales del próximo año será de sólo de 100.000 euros, en la bajada más espectacular de la historia del Coac. Lástima que el decano dijera que no conocía este dato porque no se había tratado en Junta. Toda una imagen de unidad, si señor.
Los arquitectos ajenos a las intrigas de poder dentro del Coac se preguntan qué es lo que va a pasar con la tremenda deuda heredada, y cómo este colegio va a dejar de acumular deuda nueva. El raquítico acuerdo de la Junta de Gobierno para desbloquear la deuda del colegio no parece buen augurio para presentarnos antes de un mes un modelo consensuado de colegio nuevo y unos presupuestos 2011 ajustados a ese modelo. La refundación del COAC va a ser cosa de este nuevo ejercicio, según el Presidente de Gran Canaria. El presidente de Tenerife se refirió al "factor de ineficiencia" del colegio actual y a que "lo heredado no nos representa bien". El alcance del problema es tal que su solución es imposible si no se altera globalmente el funcionamiento del colegio: los número los puede hacer cualquiera. Multipliquen la cuota colegial mensual por el número de colegiados y por doce mensualidades, y ese debería ser el presupuesto completo de gasto por demarcación, incluyendo ahora el coste del colegio regional. Para Tenerife salen unos 310.000 euros anuales y para Gran Canaria unos 250.000. La comparación con los respectivos presupuestos vencidos de este año 2010 es escalofriante: 2,09 millones de euros en Tenerife y 2,7 millones en Gran Canaria. ¿Es posible reducir en un 90% los presupuestos de cada una de las demarcaciones, y pasar de 2,7 millones de euros en 2010 a 250.000 euros en 2011? A pesar de la altísima tasa de ineficiencia del Coac apuntada por el presidente de Tenerife, creemos que no.
La solución pasa por REINVENTAR los colegios profesionales de arquitectos, y por supuesto el Coac, de la manera en que ya se está haciendo en el resto de España: se están reagrupando las demarcaciones, los colegios comparten servicios para reducir gastos, incluso se habla de acuerdos entre colegios para poder simplificar estructuras. Para ello es esencial que nos olvidemos de este colegio fragmentado y con administraciones duplicadas, y que directivos con visión y generosidad comprendan que es imposible reducir gastos en un 90% y que eso significa que el modelo atomizado actual es inviable. Pero mucho nos tememos que la Junta de Gobierno del Coac, formada por una mayoría de representantes de las demarcaciones frente a un solitario decano que defiende el colegio reunificado, no tenga la altura política necesaria para asumir el fin de esta época y adelantarse, por una sola vez, a los acontecimiento. La herencia de la cortedad de miras de los anteriores gestores es la deuda de 1.000.000 de euros acumulada en sólo dos ejercicios, y que ahora tendremos que pagar poco a poco entre todos. Esperemos que las palabras del presidente del Consejo Superior de Arquitectos de España, Jordi Ludevid, que se dirigió a los colegiados antes de la Asamblea para decirles que "las grandes inercias negativas heredadas nos condicionan", y "acertar en la refundación va a ser difícil", sirvan para que nuestra junta de gobierno reflexione sobre su responsabilidad, y para que dejen de actuar como dirigentes de demarcaciones, y piensen como arquitectos y en el futuro de la deuda que puede producir una falta de acuerdo sobre un colegio unificado y reducido.
Desde el Roque de los Muchachos, para toda Canarias.
Redacción de infocoac.